martes, 5 de abril de 2011

 


1. "Shred" – 4:05

2. "Never Say Never" – 4:58

3. "Hello From the Gutter" – 4:12

4. "Mad Gone World" – 4:31

5. "Brainfade" – 4:08

6. "Drunken Wisdom" – 6:18

7. "End of the Line" – 7:03

8. "Head First" – 6:02

9. "Overkill III (Under the Influence)" – 6:28
 
 


Los irosos, y entrañables, muchachotes de Overkill, en 1988, ya tenían mucho ganado en lo que respecta a la escena Thrasher americana. Debutantes enormes (solo tenemos que recordar el tremendo "Feel the Fire), y consecuentes y demoledores (para la historia, queda su poderoso "Taking Over"). Overkill iban a moverse, y a posicionarse, de cara al más importante trabajo de una banda (en dura pugna con el primero), es decir, el tercer disco, el que decide si seguirás en el feudo o te enviarán, directamente, a la mierda.
Overkill no tenían pinta de ser flor de un dia, para nada. Más bien al contrario. Overkill nacieron con un objetivo claro y definido: ser la más auténtica, descarnada y punzante formación de Thrash Metal de todos los tiempos, y desde luego, observando su extensa, y genial, discografia, doy fé de que lo consiguieron. Junto a Destruction y Exodus, los muchachotes de Bobby "Blitz" Ellsworth, pueden fardar, y su buen rato, sobre su victoria en el terreno metalero. Mientras unos han caido, otros se han vendido, y a otros, lamentablemente, ya les valdría más el haberse retirado (por eso de no ir haciendo el ridículo), Overkill han ido afilando y afilando su sonido atroz, hasta convertirlo en marca registrada, mil veces imitada, jamás igualada.
"Under The Influence" es la saga que convirtió a Overkill en quienes son a dia de hoy, en los dioses del Thrash Metal. Ni más ni menos. Dioses realmente pequeñitos, si comparamos sus ventas globales con la de otros gigantes del feudo, como Megadeth o Metallica, pero dioses gigantescos al lado de, casi, cualquier formación al uso en el rollo.
La portada, con la calavera alada (y atacando a un pobre diablo, supongo que por no ser metalero, jejeje) que, a partir del momento, se convertirá en un simbolo del grupo (tanto como su logo, la voz de Bobby o el molón bajo de D.D. Verni) ya empieza a dejarnos caer que vamos a vivir ataques sónicos violentillos. Los dos primeros discos de la banda nos avisaban de una nueva llegada de soldados metaleros de gran nivel, que le iban a poner las cosas muy muy muy difíciles a los (supuestos grandes) astros del género, pero llegaba el momento de cortarles la yugular a sus enemigos. En 1988, salvo el excelente "Release From Agony", las hordas Thrashers parecían aminorar las marchas, pero ese tipo de mariconadas no iban con Verni y sus amigos, para nada. Overkill se iban a fortalecer, aún más, y a entregarnos una joya seminal del estilo. No te puedes llamar Overkill y entregar mierda. Eso es un hecho. Me voy a la guerra. ¿Te vienes?. Venga, no me seas marica.
"Shred", la primera bomba en detonar, llega sin avisar, y un violento y duro riffeo nos pone los cojones por corbata. Velocidad, fuerza, la pegada de mil ejércitos y mucha mala uva. Pura y dura composición en onda Overkill. Impactantes coros, un bajo taladrante, que parece llegar hasta las entrañas de la tierra y un Ellsworth soberbio y afilado. Como aperitivo inicial, la cosa es orgásmica. Inicio de disco total. Puro y duro Thrash Metal. Sin fisuras ni gilipolleces, un puto muro de riffs y electricidad.
"Never Say Never", sigue el camino del avasallamiento, y junto a unas guitarras tan limpias como ultradestructivas, la banda sigue sin parar de dar cera al oyente. Llama la atención el poderoso sonido del bajo de Verni. Como se nota que el jefe es él, joder. Ni Steve Harris se pone tan alto. No obstante, una de las bazas musicales más reconocibles del grupazo son sus cuatro cuerdas (y como suenan), así que, por mí, perfecto.
Nos toca vivir ahora un temazo inmortal, eso si, para todos aquellos que amamos el Thrash Metal (aunque invito a una escucha a los foráneos, quizás os atrape). Llega "Hello From the Gutter" (tema dedicado al asesino denominado "El Hijo de Sam"), y con la composición, llega la hecatombe. Feeling, tempos mágicos, velocidad férrea, un estribillo que se te queda grabado y más garra que Wolverine. Bobby "Blitz" Ellsworth fusiona, y perfectamente, todo lo mejorcito que puede tener un vocalista de Metal: huevos, tesón, una voz peculiar y arrojo. Junto a la voz de Schmier de Destruction, Chuck Billy de Testament y Steve "Zetro" Souza de Exodus, Bobby es uno de los más talentosos. No hay quien olvide como suena su garganta, una vez caes ante su poder aniquilador. Tercer tema, tercera maravilla. Madre mia, que contento tendría que estar Johnny Z con éstos tios. Vale que perdió a Metallica, pero coñes, el destino le regaló a Anthrax y a Overkill. Como para quejarse.
"Mad Gone World" (con más peligro que un Kamikaze) y "Brainfade", son las siguientes en sonar, y desde luego, ninguna es una balada para mojar bragas. Overkill tocan Thrash y cada composición del grupo, debe de quemar como el infierno. No hay tiempo para parones, ni para intros, ni para mamonadas. Ésto es Metal, o lo tomas o lo dejas. La tranquilidad, para cuando estemos en la playa o en un disco de Bon Jovi.
"Drunken Wisdom", que empieza tranquilita, con pereza y armonía, de pronto, madura (se pudre,vaya) y progresivamente, va ganando fuerza y tonelaje. La verdad, de buenas a primeras, y durante los primeros veinte segundos, pensaba que me iba a comer una baladita, pero no, Overkill nos han gastado una broma, y en nada, se ponen a hacer lo que mejor se les dá: quemar púas, destrozar baquetas y poner al rojo vivo (en carne viva, diría yo) las cuerdas vocales (de acero) de Bobby. Punto extra para el tremendo seis cuerdas (legendario Bobby Gustafson) y para el destrozaparches de Sid Falck (sustituto perfeccionado del locuelo de Rat Skates).
"End of the Line" (con bastante aura Metallica) y "Head First" (una de las mejores de todo el discazo, y que se abre con cierta aura a la N.W.O.B.H.M, pero revestida de urbanismo Thrasher y tempos en llamas), nos dejan ya, gilipuertas perdidos, después de tanto ataque auditivo. Tenemos los tímpanos sangrando ya, pero que coñes, es por una buena causa.
"Overkill III (Under The Influence)" nos anuncia la llegada del fin de disco, y creo yo, que para acabar, qué mejor que nos maten del todo. Las medias tintas nunca han sido patrimonio de los de New Jersey, y si hay que acabar un disco, que menos que acabar con el oyente. El Thrasher de a pie no nació para llegar a viejo. Mola morir a manos de un tema así. Potencia, sonidazo, riffeo cortante (y escuela futura de muchos), aura Punk-Thrashmetalera, y alguno de los mejores alaridos que le he oido nunca al master Bobby. Chulote, muy chulote el final.
Overkill son, y serán, leyenda en el género, y gran parte de culpa, la tiene éste poderosísimo "Under the Influence". para mi el mejor disco de la banda!!!

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